Dorothea Lange

domingo, 29 de diciembre de 2013

Unos viejos y desgastados zapatos


Fue lo primero que pensé cuando los vi, unos zapatos viejos, gastados y doblados en la parte de atrás de tan sólo meter el pie incompleto.

Cuando seguí el resto de los pies, metidos en esos zapatos, y alcé la vista, eran de una mujer, de edad madura, de características humildes, toda ella emanaba ... ¿Inseguridad?, no, incomodidad?  Mmm, no sé cómo llamarlo, estaba recargada en la esquina de la puerta de una tienda de esas de conveniencia, con su caja de chicles, ofreciéndolos con desgano, esa es la palabra que podría definir su presencia en esa esquina, en ese momento.

Una mujer de mediana edad parada en la nada que representa un espacio que por ser de todos no es de nadie y donde se encuentra viviendo como puede, trabajando en lo que puede, si es que se le puede llamar trabajo a eso, el vender chicles.

Y no es en tono despectivo o conmiserativo, sino reflexivo. ¿Realmente es un trabajo? ¿En términos filosóficos, si lo sería, en términos sociales, pensando en la justicia? No lo sé, esa mujer no debería estar ahí vendiendo chicles, parada por horas sobre unos zapatos gastados y viejos, que están aplastados por parte de atrás, ¿no le quedan, le cansan después de tanto tiempo parada?

Y de esa reflexión, me fui a otra y otra, a partir de unos zapatos, donde lo que más me ha movido es precisamente como son estos pequeños detalles los que a veces nos sobresaltan. Estando en una situación de comodidad y sin atreverme a ponerme en sus zapatos, he pensado, desde aquel día, en cuantas mujeres calzan zapatos como esos, metafórica y realmente, todos los días, en situaciones y condiciones diversas y por millares en esta ciudad y en el mundo.

Dónde no queda otra opción más que ponerse esos zapatos y salir, seguir, vivir como se puede, dejando atrás el eufemismo romántico de la esperanza que, en algún momento para ciertas mujeres privilegiadas, como yo, hemos podido disfrutar, sabiendo que el destino está en nuestras manos, ¿será cierto? Y si así lo fuera, que ha pasado con esas mujeres, ¿lo habrán escuchado alguna vez? ¿lo sabrán? ¿lo creerán? ¿O es que esos eufemismos no son para todas las mujeres, sólo para unas cuantas? ¿Las otras sólo deben seguir de la mejor manera que puedan y si así fuera, eso se llama libertad o conformidad? ¿Destino o realidad?

No me atrevo a concluir porque temo que mis respuestas son totalmente subjetivas y de ninguna manera responden o aciertan respecto de lo que significa la vida para aquella mujer que ese día calzaba esos zapatos viejos y gastados.

domingo, 8 de julio de 2012

Similitudes

He terminado de leer El Librero de Kabul, de la periodista noruega Asne Sieistard. Para quienes no lo hayan leído, lo recomiendo ampliamente. Una descripción perfecta de la vida de una familia agfana en cierto modo acomodada, dadas las circunstancias de Afganistan en 2002. La autora se adentra en la vida de todas y todos los integrantes de la familia y detalla la vida de cada una y uno.

Lo que más me impresionó de este relato son las condiciones inhumanas en que viven las mujeres. Es algo conocido en el mundo y por tanto no diré más sobre la obra de Asne Sieistard, pero me sirve como preámbulo para tratar el tema de esta nueva entrada, las mujeres son tratadas como parte del patrimonio de las familias, mercancía de intercambio y medida de honor para los hombres y en la mayoría de los casos, son esclavas en esas familias hasta que son dadas en matrimonio.

Mientras leía el libro, viajé al pueblo de mi mamá , San Lorenzo, en Hidalgo. Llegar a ese lugar, últimamente me entristece porque me encuentro con mujeres que viven en una situación parecida a la de las mujeres afganas y este pueblo es solo una muestra de los muchos lugares de  México.

 Es cierto que no usan burka y que tienen muchas libertades que no gozan, es más, ni siquiera se atreven a pensar pero como ellas, son tratadas más como patrimonio familiar o viven en situación de esclavitud.  Al igual que en la sociedad afgana, la religión juega un papel importante en el destino de las mujeres y sólo se les manda a la escuela porque nuestro Gobierno da un apoyo económico a la familia por cada hija que acude a la escuela pero solo hasta educación primaria. Después de eso, los estímulos económicos no continúan o son para menos niñas y entonces muchas de ellas no acuden más a la escuela. Los padres y las madres no lo consideran importante. La prioridad de las familias son los hombres. Ellos deben prepararse porque a diferencia de las mujeres, tendrán más oportunidades de salir adelante mientras que para las niñas, el matrimonio y los hijos es un destino ya escrito pero que mientras suceda, son enviadas a trabajar, algunas   como trabajadoras domésticas. Otras son casadas con hombres, en muchas ocasiones  mayores que ellas y a cambio por otra mujer para el hombre de la familia o por deudas contraídas o para ampliar el patrimonio con lo que aporte el futuro marido. Por ello no continúan en la escuela y resulta común encontrar a las mujeres caminando tras los hombres, cargadas de cosas más el chiquillo o chiquilla en brazos o de la mano. Trabajan  en casa, en el campo y para la familia propia o política. No continúan sus estudios, no reciben un pago por los servicios prestados en el hogar pues se considera su obligación, prácticamente son esclavas en su propias familias.

Esta práctica es tan común y tan invisible que casi nadie habla de ella en una sociedad que se considera moderna y distinta de aquellas donde las mujeres son mercancías pero que al igual que en ellas, son invisibles y se decide por su vida.




domingo, 20 de mayo de 2012

Un destino impuesto. La maternidad cuando no se desea.

Allá por 1945, Julia regresó de su trabajó en la capital, Ciudad de México, a casa de su madre en un pueblo de Hidalgo. Había estado trabajando de criada en una casa y durante ese tiempo, de cierta forma se volvió independiente. El dinero que le pagaban por su trabajo le dió determinada libertad y seguridad sobre su vida. Sin embargo, tuvo que regresar al pueblo y volver a la rutina del mismo. Ayudar a su madre en las labores de la casa y del campo.

Ese mismo año, en el mismo pueblo, Cosme, quien vivía con su madre enferma y a instancia de ella, decidió buscar una mujer que le ayudara a cuidarla y se ocupara de la casa. Vió a Julia y le gustó. Al poco tiempo se la llevó a casa de su madre y cuando esta murió 5 meses despúes, estaban casados, pues su madre habia insistido en ello, sin que ambos quisieran.

Julia no era una mujer conciente de sí. El estar casada y tener hijos era lo que se esperaba de ella y por lo tanto, ella misma lo hacía, por lo tanto, se resignó y ateniendose a lo que toda mujer vivía en esa época, lo aceptó, aunque diría, a título personal, no de buena gana.

Durante los siguientes 30 años se pasó viviendo una vida  y maternidad impuesta, rebelándose contra ella de la única forma que podía hacerlo. No quiso a sus 7 hijas y 4 hijos y por tanto, no se interesó por ellas y ellos más que lo necesario. Esto es, las y  los parió,  crió y conforme crecían, permanecía alejada de todas y todos ellos.

En algún momento su espíritu se quebró y quedó ella. Sola en tanta inmensidad.

Ahora sus hijas son mujeres mayores que no obstante, las circunstancias donde crecieron, desde jovenes, tuvieron la oprtunidad de salir del pueblo donde vivían y elegir la manera de vivir su vida. De las 7 hijas que tuvo, 4 fueron casadas, 3 permacen solteras, algunas con hijos e hijas, otras sin ellas o ellos. La historia de su vida aun no termina, es una mujer anciana, con demencia senil a sus 85 años y que vive con sus hijas, quienes cuidan de ella pero donde el reproche por su pasado es una constante.

Este caso no es algo excepcional por su historia. Sino por que estas hijas reprochan a su madre su manera de vivir, de ser esposa y ser madre, siendo mujeres, que a diferencia de ella, tuvieron la oportunidad de elegir y que lo hacen para adelante pero que no son tan liberales para su madre, a quien siguen juzgando desde su experiencia personal lo que ella debió ser y hacer como madre, sin detenerse a pensar que su vida fue algo impuesto sin oportunidad de escapar o cambiar.

Pudiera decirse que esto sucedió en el pasado y que los tiempos han cambiado. Sin embargo, no sucede así en muchas regiones del país. La maternidad sigue siendo forzada e impuesta a la mayoría de las mujeres, desde edad núbil.

Algunas de las que tiene la posibilidad de salir de sus pueblos a trabajar a las ciudades, son regresadas a ellos para casarse, agunas utilizadas como mercancía entre las familias y otras para saldar compromisos. En todos los casos, no tienen posibilidad de escapar pues las propias familias son las que las confinan a un destino impuesto por su capacidad de reproducción.

Cuando se toma el cuerpo de una mujer y le es impuesta la maternidad a las mujeres, cuando se les liga a la vida de otro sin que ellas lo acepten, estas mujeres se quedan sin espíritu. Acaban con ellas y las confinan a la soledad y la esclavitud para perpetuar la especie.  A quienes, "romanticamente" se les pretende convencer de que es su obligación, por su condición de mujer, ser madres y que ese es su destino final, lo quieran o no.

La mayoría de las mujeres, aun en el siglo XXI no pueden disfrutar de su cuerpo a elección propia y en total violación a sus derechos humanos, se les impone la maternidad y las forzan a reproducir la especie.

Las mujeres tenemos el derecho de decidir si queremos ser madres o no. Sin embargo, más que un derecho humano se considera un deber social impuesto por la mera condición de ser mujer.






jueves, 22 de marzo de 2012

Nunca he sufrido de violencia

Una reflexión aproximada.

Violencia. Un término muy socorrido,empleado y negado por todas y todos. Nadie quiere ser víctima de la violencia y cuando lo somos, solemos negarlo.La violencia lacera, golpea y duele. No importa del tipo que sea. Sin embargo, no queremos estar en ella y entonces, a pesar de que exista, la ignoramos primero y luego la negamos.
La violencia ha llegado a ser una forma de vida, para mujeres más que para hombres, pero ellos no están exentos de la misma.
Cambiémosle el nombre y llamemosle "modos de vida" y comencemos a cambiarla. A estos si estamos dispuestas y dispuestos a cambiarlos.De manera sigilosa y con ruido cuando se requiera pero no cejemos y sigamos haciendo el cambio.

martes, 6 de marzo de 2012

Hablando en femenino y masculino


Se ha iniciado un interesante debate en el periódico El país en España, con la publicación del artículo ¿La lengua tiene género? ¿Y sexo? Una decena de personalidades de la cultura, la política y la educación entra en el debate sobre el sexismo del idioma español planteado por Ignacio Bosque, donde han participado varios académicos y académicas, investigadores e investigadoras e integrantes de la RAE, quienes debaten acerca de la trascendencia que tendrá, en el uso del lenguaje en la sociedad, eliminar aquellos elementos que resultan sexistas, donde algunos y algunas de las participantes expresan su preocupación por cambiar un lenguaje que les identifica como cultura y las implicaciones en la sintaxis y morfología que ello tendría. Resultando más complejo esta nueva forma de hablar el español que el existente. Dejo el link del artículo, para que puedan leerlo en su original versión.
http://cultura.elpais.com/cultura/2012/03/04/actualidad/1330896843_065369.html

Mi opinión.

Hablar de absurdos y no caer en lo ridículo, al cambiar nuestro lenguaje sexista, ellos lo llaman “neutral”. Particularmente, los hombres, a quienes cuesta trabajo entender la importancia de esto, pues su historia, su presencia siempre ha estado presente. ¿Absurdo sería todo en femenino? Actualmente, en el mundo, las mujeres somos mayoría y por tanto, atendiendo a elementos cuantitativos, sería lo correcto. ¿Sería excluyente? No debe perderse de vista que el cambio de la lengua debe ir acompañado de un cambio de pensamiento. Es decir, un cambio epistemológico e incluso cultural.

No caigamos en absurdos o discusiones inútiles, pongamos en práctica un apolítica incluyente en nuestro hablar, donde las mujeres estemos presentes como tales y no por homologación. Cambiemos nuestro lenguaje para hacernos presentes en la cultura y creamos nuestra cultura.

El lenguaje, como elemento cultural, ha estado fuertemente arraigado en nuestra conciencia como lo normal. Las mujeres fuimos educadas con un lenguaje androcéntrico por mujeres que fueron educadas con ese lenguaje, por mujeres que fueron educadas con ese lenguaje y con un imaginario donde lo normal era que las mujeres se casaran, fueran madres y un marido que las mantuviera, que las protegiera y se ocupara de ellas. Mujeres de casa.

Hoy, atender esa premisa cultural para las mujeres resulta cuestionada por mujeres profesionistas que no tienen marido, que no se han casado, que son madres solteras y eso ya no resulta tabú, que no tienen hijos. Entonces, ¿Por qué seguir siendo educadas con el mismo lenguaje con el que lo fueron sus abuelas? Los críticos y algunas críticas de estas reformas al lenguaje pierden de vista que lo que no se nombra, no existe. Hablar de un lenguaje neutral ya no es factible. Cuando se refieren al grupo genérico, de todos, lleva implícito un mensaje de exclusión, ¿intencionado? Seguro que no, forma parte de nuestra cultura pensar en masculino, pero al fin y al cabo de exclusión. No somos todos, hablemos algunas en ese todo que no somos consideradas al no nombrarnos. Lo interesante sería empezar a nombrarnos siempre que estemos ahí, incluso cuando se de por contado y hacernos presentes a través del lenguaje cuando no lo estemos.

Si somos capaces, mujeres y hombres, de distinguir, aprender y emplear los tres colores primarios, rojo, amarillo y azul, porque no hablar en masculino y femenino. No hacerlo, sería como hablar en blanco o negro.

sábado, 3 de marzo de 2012

Incongruencia

29 de octubre de 2011.
En la reunión de "mujeres líderes demócratas" a la que tuve que asistir por parte del trabajo, me encontré con varias sorpresas, la primera de ellas, fue que a sabiendas de la farsa en que consistia, quedé sorprendida. 

La segunda, que siendo un evento de mujeres líderes, quien lo presidió fue ¡un hombre, Ebrard, que no es mujer! Es molesto ver que la "democracia" es entendida como el vehículo que permite a cualquier "político" con pretensiones electorales atraer a un público engañado y realizar eventos proselitistas. 

Tercera.Ya entró Ebrard y la vocera se desvive en elogios de belleza para su esposa. Casi todas las mujeres que estaban ahí, ¡lo aplaudían! No cuestionaron y sólo se dedicaron a aplaudir y gritar como si este hombre fuera el mismisimo Brad Pitt. Aunado a que llegó con su nueva esposa, tomada de la mano y sonriendo como simple accesorio.

La democracia, como palabra, acción y concepto está tan vitupereada que es posible utilizarlapara realizar estos absurdos eventos  a los que nos obligan a asistir. Aunado a ello, le agregan el adjetivo de izquierda, sin haber definido antes lo que eso significa en su contexto, pues esto de izquierda tuvo lo mismo que de cierto y demócrata. Sólo agregan ideologías encerradas en palabras de tan múlitples conceptos, pretendiendo decir con la izquierda que se es reaccionario y contrario a la derecha, a la que ahora le asignan un carácter peyorativo.

Tantas mujeres destacadas en nuestra ciudad y sólo mencionan a dos desconocidas. Es obvio que se desconoce como realizar un verdadero ejercicio democrático. Sólo venimos a escuchar. No hay espacio para las preguntas y las mujeres atrás siguen gritando al" politicstar".Habría que preguntar a este hombre si una mujer demócrata tiene que ser necesariamente de izquierda y si las de derecha no lo son o nada tienen que aportar. Es un craso error considerar que la izquierda tiene todas las cualidades políticas de vanguardia y por tanto demócratas.

Cuarta. Quedé sorprendida de que además, se identifique al feminismo en este país con la idea de izquierda, olvidando que cuando las mujeres lograron la igualdad política, eran mujeres de derecha.

Quinta. El liderazgo, tema de este evento, sólo se limita a la esfera política, nada de ciencia, culturam arte. Oséase, las mujeres son líderes de izquierda en la política, en lo demás se desconoce, pues no fueron tema en este evento. Ergo, un evento totalmente proselitista, manipulado y carente de significado y contenido. Este, como el discurso de Peña Nieto, sólo está lleno de elementgos sentimentales, palabras huecas y carente de fondo.
No quiero dejar de notar que la conductora es malísima como tal. Totalmente estereotipada, vestida de rosa y solicitando aplausos en cada intervención.

Falsa democracia es la frase que me viene a la mente desde que entre y permanece en el desarrollo del evento.

Y subió marcelo (sí, con letras  minúsculas) y decidí dejar de escribir. No merece continuar.


Civismo

Mientras esperaba a que iniciara el quinto informe de Ebrard, al que fui coaccionada a ir.

Civismo
¿Para que sirve esta materia? ¿Que se pierde al eliminarla de la matrícula escolar?

El civismo forma la identidad ciudadana. Esta identidad se construye a través de símbolos y rituales cívicos que permiten generar en las personas,  mujeres y hombres, desde niñas y niños; identidad y cohesión social. El conocimiento y arraigo de los valores políticos que deben inculcarse a cualquier, y todas y todos los integrantes de una comunidad, se da con estos ritales, honores a la bvandera, ceremonias conmemorativas en las escuales y la clase de civismo en primaria y secundaria. Todo esto nos conforma con identidad ciudadana y nos fomenta el espiritñu cívico de participación política.

Po rello es importante continuar con esta materia en la matrícla académica en educación inicial, pues es el lugar que nos permite, empezar a formar a niñas y niños en la acción política. La participación en la debida medida en la sociedad.

En este sentido, la comunidad se transforma en sociedad a través de la política que, cómo lo señala Hanna Arendt, es una acción que nos distingue de las comunidades primitivas, las cuales no describen sólo grupos de la antigüedad preclásica sino aun, en la actualidad, en sociedades contemporáneas.

El civismo es la educación social para formar ciudadanas y ciudadanos, podríamos decir, incluso que es el propedéutico de la política. Si perdemos el civismo, se pierde el carácter político de la persona pues la política.

Una comunidad con espíritu ciudadano es una sociedad política. Sin embargo, es importante destacar que política nada tiene que ver con  el ejercicio del poder  y la admnistración pública; la que en nuestra conciencia social se eniende hoy como acción política.

Política es acción social, que permite en consenso establecer propuestas que permiten resolver problemas comunes, donde los y las integrantes de la sociedad resultan beneficiadas, en tanto que poder y administración significan el control de las decisiones por un grupo sobre el resto de las y los demás. Por ello, considero que el civismo, como prerequisito para la poítica sólo es posible obtener a través de ciudadanas y ciudadanos con espitítu cívico que se forma a lo largo de los años de formación académica en niñas y niños.

De ahí su trascendencia e importancia. Sirve para formar la identidad ciudadana, la cohesión social en una comunidad y si la eliminan de la matrícula académica, difícilmente podremos continuar con la política como base de la democracia.
FEMINI IN SITU
El lugar que ocupa mi cuerpo es el espacio universal donde me encuentro
Habiendo tanto que criticar y un año sin hacerlo...pareciera que el sentido de este blog se ha perdido pero no es así. Sucede en ocasiones que nos olvidamos de nuestra meta y nos dejamos llevar por la vorágine de la cotidianidad, aquella donde la injusticia no es injusta y lo normal es lo que desde otra perspectiva asusta. Esa perspectiva es la razón de este blog y por ello la retomo.

Despúes de tiempos difíciles porque pareciera que no pasa nada aunque lo des todo. Que las cosas permanecen inmutables y asi es pero no por la inmutabilidad de esas cosas sino por mi acción que ha estado convertida en omisión.

He vuelto y me prometo que no lo dejaré pues estoy segura que esto me salvará de la alineación que pretenede absorverme para formar parte de la fila colectiva de indiferencia.

martes, 15 de marzo de 2011

Multimillonario se escribe con o

Por: Marta Garijo

Se puede ser mujer, cómo no, e incluso se puede ser multimillonario, pero algo parece indicar que ser ambas cosas a la vez tiene una probabilidad prácticamente inexistente. Hace unos días la revista americana Forbes publicó su lista de multimillonarios. Un ranking en el que se da cita la crème de la crème de la sociedad mundial, eso sí, con un patrimonio superior a los 1.000 millones de dólares. Son en su mayoría empresarios o herederos de fortunas de las de montones de ceros. Y digo empresarios y herederos porque la mayoría son hombres.
El primero de la lista es Carlos Slim, el magnate mexicano que el año pasado desbancó a Bill Gates como el hombre más rico del mundo. Carlos Slim, Bill Gates y Warren Buffet forman el triunvirato de los más ricos del mundo desde hace cinco años. Y es que millonario se escribe con o, porque entre los cien primeros de la lista únicamente hay 12 mujeres, solo 9 en solitario. Una cifra que, aunque ha aumentado en las últimas cinco ediciones, todavía es reducida.
Una de ellas ha conseguido este año colarse en el top ten: es Christy Walton con un patrimonio 26.500 millones de dólares. Walton es la viuda de John Walton, hijo del fundador de Wal Mart, la cadena de tiendas estadounidense donde se puede comprar casi de todo. En la descripción de Walton que hace la propia revista Forbes recuerda que su fortuna proviene, en gran medida, de su marido fallecido en accidente de avión en 2005. Y ahora ella se dedica a la filantropía, a través de su fundación.
Walton es la primera de las 12 mujeres que aparece en los cien primeros puestos de Forbes en 2011. Detrás de ella se encuentran nombres como el de la francesa Liliane Betancourt ; la heredera del imperio L’Oreal se sitúa en el puesto 15, con un patrimonio de 23.500 millones de dólares; la siguen la estadounidense Alice Walton (en el número 21, con 21.200 millones de euros), la chilena Iris Fontbona (en el puesto 27, con 19.200 millones), la alemana Susanne Klatten (con 14.600 millones de dólares está en el puesto 46), la sueca Birgit Rause (puesto 49 y 14.000 millones de dólares) y la estadounidense Anne Cox Chambe (en el puesto 53 con 14.300 millones de dólares).
Por detrás del puesto 50 se encuentra la también estadounidense Abigail Jonson, concretamente en el lugar 69, con 11.300 millones de dólares; en el 77 está Patricia Matte, que comparte fortuna con sus hermanos Eliodor y Bernardo (10.400 millones); el patrimonio de 10.000 millones de dólares coloca en el puesto 81 a Jacqueline Mars; la alemana Johana Quandt se coloca en el puesto 89 (9.800 millones de dólares) y Maria Elisabeth Schaeffler que es la última mujer en los cien primeros puestos, aparece junto a su marido en el 89 con un patrimonio de 8.900 millones de dólares.
La representación femenina entre los multimillonarios es baja, 12 en los cien primeros puestos. Baja, sí; pero, ¿sorprendente? En absoluto. Y es que basta mirar las fotografías de cualquier publicación económica o los nombre de los consejos de administración de las empresas para ver que el número de mujeres es menor que el de hombres. Las mujeres ocupan un 10% de los puestos de responsabilidad de las empresas del Ibex 35; en 2004 representaban solo un 3%. “Es un fiel reflejo de la posición económica que ocupan las mujeres. Si se nota dentro de la pobreza, donde hay más representación femenina, y en la clase media, donde existe una brecha salarial entre hombres y mujeres, es inevitable que se note en las bandas más altas”, explica Marisa Soleto, directora de la Fundación Mujeres. “Quizá la pregunta no sea por qué las mujeres no están representadas en esta lista, sino por qué no hay una masa crítica de mujeres que pudieran acceder a ella”, añade. “Aunque el objetivo no debería ser que ellas estén representadas en estas listas, sino que haya una mejor distribución de la riqueza”, apunta.
Por eso tampoco parece sorprender que entre los españoles que hay en la lista Forbes, 15, solo haya tres mujeres. La primera que aparece es Rosalía Mera, ex mujer de Amancio Ortega, y cofundadora del imperio Inditex. En esta edición ha bajado hasta el puesto 254, con un capital de 5.400 millones de dólares. “El principal problema para las mujeres directivas es la conciliación de la vida laboral con la personal”, apunta María del Mar Martínez, vocal de la asociación de empresarias de Aragón. “Desde luego la lista (de Forbes) es un reflejo de todo”, señala. Por detrás de Mera, entre los españoles que aparecen en el ranking, solo hay otras dos mujeres: las hermanas Koplowitz. Alicia ocupa el puesto 512, con 2.300 millones de euros y Esther en el 651, con 1.900 millones de dólares.
¿Juegan las mujeres en otra liga? Quizá y tal vez sea por eso que Forbes elabora una lista de las mujeres más influyentes del mundo (aunque para entrar en esta no es necesario cumplir el requisito de un patrimonio mayor que 1.000 millones de dólares). O quizá sea que todavía queda camino por recorrer. “Parece que irá a mejor, según las perspectivas, aunque estamos mejorando despacio. Las mujeres y su participación económica han cambiado. Lo sustancial es entrar en los grandes temas de decisión económicos, que con la crisis en la que estamos inmersos es importante”, apunta Soleto.
http://blogs.elpais.com/mujeres/2011/03/multimillonario-se-escribe-con-o.html#tp